lunes, 31 de octubre de 2011

MITO, LEYENDA Y REFRANES




El mito de la creación:

El mito de la creación:
Ometecuhtli y Omecihuatl, el Señor y la Señora de la Dualidad en la religión azteca, tuvieron cuatro hijos. Cuatro encarnaciones del Sol.
A ellos les encomendaron la tarea de crear el mundo, de dar vida a los otros dioses y finalmente a la raza humana que los adoraría.
Cada hermano representaba un orden, un tiempo, un espacio, un punto cardinal y un color. El rojo se llamó Xipe Totec. El negro, Tezcatlipoca. El azul, Huitzilopochtli. Y el blanco, Quetzalcóatl.
Quetzalcóatl, a quien los hombres también llamaron “gemelo precioso”, fue el dios civilizador y de los sortilegios. Inventor de las artes, de la orfebrería y del tejido era, por su enorme sabiduría, de piel y barba blancas. También fue llamado “Señor de todo lo que es doble”. A diferencia de su hermano azul, Huitzilopochtli, que era un dios guerrero y reclamaba continuamente derramamientos de sangre, o del negro Tezcatlipoca, que era amo y señor de la noche, Quetzalcóatl no deseaba sacrificios humanos en su honor. Su reino era el claro atardecer.
Cuando los hermanos comenzaron su tarea, cuatro mundos, cuatro soles y cuatro humanidades fueron sucesivamente creadas y destruidas.
La primera humanidad fue devorada por tigres. La segunda, convertida en monos. La tercera, transformada en pájaros. La cuarta, convertida en peces.
Quetzalcóatl, acompañado de una de sus encarnaciones gemelas llamada Xolotl, descendió a los infiernos, de donde alcanzó a robar una astilla de hueso de una de las humanidades anteriores para crear la nuestra, rociándola con su propia sangre. El Señor de la Morada de los Muertos no pudo detenerlo, ni aun arrojando a su paso bandadas de codornices. Los demonios nunca dejaron de intentar engañarlo para que ordenara sacrificios humanos y justificara las “guerras floridas”
Que reclamaba su hermano Huitzilopochtli. Pero el amor de Quetzalcóatl por los hombres no le permitió sacrificar en su nombre más que animales, culebras, pavos o mariposas, todos ellos consagrados al Sol.
En su encarnación como Nanahuatzin, un dios tan pobre que sólo podía ofrendarse a sí mismo, se arrojó sin dudar al fuego sagrado. Por ello fue designado para alumbrar el día, mientras que su competidor, generoso en ofrendas pero temeroso de las llamas, sólo alcanzó el rango de Luna. Por su cobardía, otro dios le tiró a la cara un conejo. Quien quiera verlo, sólo tiene que esperar que salga la Luna y contemplar su rostro, marcado para siempre.
El conejo de la luna:
Quetzalcóatl, el dios grande  y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo en figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre. Pero todavía siguió caminando, caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos. Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo?, - le preguntó.
-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?
-Gracias, pero yo no como zacate.
-¿Qué vas a hacer entonces?
-Morirme tal vez de hambre y de sed.
El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;
-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo:
-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.


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Leyenda
Leyenda de los mackoceses:
Los masckoseces fueron unos seres mitad caballo, mitad tortuga, mitad pez. Los masckoseces han vivido su propia leyenda:
Hace mucho tiempo, en el año 1265, una noche de Navidad en el océano pacifico se ahogó un caballo. Salvado por la tortuga e asesinado por el pez. ¿Quién sabe cómo un pez ha asesinado a un caballo? Nadie lo sabe... Se dice que desde ese día nació el masckoses. Como el espíritu furioso del caballo logro entrar al océano para vengarse del pez. ¿Qué tiene que ver con la tortuga? Que el alma valerosa de la tortuga se juntó con el caballo. ¿Y el pez? El pez se ha dicho era el Leviatán. Despierto y furioso por los chillidos del Potro, decidió matarlo antes de ser dormido. Así nació el masckoses. El primero fue llamado: La Venganza.
El masckoses fue creado por la venganza de modo que NUNCA confíes en un masckoses.




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REFRANES





-A chillidos de puerco, oídos de carnicero-Ahora es cuando chile verde, le haz de dar sabor al caldo
-Dime con quién andas y te diré quién eres
-Mucho ayuda el que no estorba
-Muerto el perro, se acabó la rabia
-Para que tanto brinco estando el suelo tan parejo
-Para que te metes de payaso si no aguantas las carcajadas..
-Para que te peinas... si eres chino
-Perro que ladra no muerde
-Tanta culpa tiene el que mata a la vaca, como el que le jala la pata
-Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar
- Ve burro y se le antoja viaje
-Viejo el mar y todavía hace olas
-Viejos lo cerros y todavía reverdecen
- Ya conocen al diablo, pa que van a cocorearlo-Piensa mal y acertarás-Mujeres juntas, nomás difuntas

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